Un hombre llamado Scott adoptó a un cachorro de pastor alemán llamado Biggie, que al principio los demás no le prestaban atención. Scott descubrió a Biggie mientras conducía por Payette, Idaho, y sintió una conexión instantánea a pesar de la hernia del cachorro.
Biggie ha formado un vínculo único con Scott, le proporciona compañía y lo ayuda a lidiar con la depresión. El perro disfruta de las actividades al aire libre, como el snowboard y la natación en lagos alpinos, lo que demuestra su personalidad enérgica.
Scott enfatiza la importancia de brindarle a Biggie nuevas experiencias para enriquecer su vida y permitirle explorar. Biggie necesita un mínimo de dos horas de ejercicio al día para controlar sus altos niveles de energía.
Después de un reciente susto de salud que requirió tratamiento en la UCI, Scott expresa su gratitud por la recuperación de Biggie y aprecia el tiempo que pasan juntos.