El impacto emocional de las cancelaciones fue notable, ya que Shakira enfatizó que estas decisiones estaban fuera de su control. Las dificultades en Chile fueron provocadas por problemas técnicos que ponían en riesgo la seguridad de todos los involucrados. A pesar de esta adversidad, la cantante prometió regresar a Chile con un espectáculo aún más grandioso.