Fuentes cercanas al palacio indican que la atmósfera en el recinto real se ha vuelto pesada, con un aumento notable de reuniones privadas y un cambio en la actitud del rey. La reina Camilla, quien ha aumentado sus apariciones públicas, parece haber cruzado una línea al hablar sobre su rol en la monarquía sin la autorización de Carlos. Esta falta de comunicación desencadenó una discusión en la que, según se informa, el rey perdió la calma y pidió a Camilla que regresara su anillo, un símbolo de su amor que también tiene un valor histórico significativo.